Tras la caída del sistema financiero irlandés, y su muy próximo rescate, la UE volverá a realizar unos nuevos test de estrés de la banca en un intento por restaurar la confianza de los mercados en la Europa de los 16.
Jonathan Faull, director general en el Departamento de Mercado Interior de la Comisión Europea indicó que las pruebas de resistencia al sector bancario «no habían resistido» y que por tanto en 2011 se tendrán que hacer de nuevo estos exámenes, que esta vez serán «realmente exigentes».
En el examen de julio cada país presentaba los bancos que quería al examen, a excepción de España que decidió presentar a todas las entidades, en un alarde de transparencia no muy valorado por los inversores. En este examen bancos irlandeses que han necesitado del rescate público y que han precipitado el rescate a Irlanda, pasaron sin problemas los test.
La esperanza está ahora puesta en que el nuevo regulador del sector que se creará en enero (si hay acuerdo sobre el Presupuesto de la Unión Europea), el Comité de Reguladores Bancarios Europeos (CEBS), establecería una serie de normas más estrictas, con escenarios no tan descabellados como una depreciación de los activos inmobiliarios (caso de Irlanda, España y en menor medida Reino Unido).
En el caso de los bancos y cajas españoles puede que los datos proporcionados no fuesen del todo reales. Hay que tener en cuenta que el valor real de los activos inmobiliarios proporcionados por las entidades no estuviesen actualizados, al igual que las pérdidas que estos les supondrían. ¿Pasarían entonces todos los test?
De hecho, el Wall Street Journal alerta del 'puzzle' de precios de la vivienda en España. Según refleja en un artículo el diario estadounidense, España se enfrenta al problema de determinar adecuadamente el valor real de las viviendas que salen al mercado tras el pinchazo de la burbuja inmobiliaria.
Los datos procedentes del Gobierno e incluso de algunas grandes tasadoras subestiman la caída real de los precios, y esto confunde y espanta a inversores. El ministerio de Fomento tasa la caída desde 2007 e un 11%, Tinsa en un 18%, pero hay otras empresas de tasación que llegan a calcular hasta una caída del 30%. Estas discrepancias son importantes ante el escrutinio al que los mercados someten a España y la incertidumbre sobre el posible contagio de su economía tras los rescates.
Y estas variaciones en los datos de precios dificultan hacerse una idea aproximada del descenso real de los precios de la vivienda en España y, en consecuencia, de la situación de la economía del país. Uno de los riesgos de esta situación es que la incertidumbre impide valorar las pérdidas a las que se enfrentan los bancos españoles.
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