Tras el anuncio de aumentar la edad de jubilación a los 67 años a principios de 2010 y los titubeos del Gobierno durante este tiempo, ahora corren las prisas por alcanzar un acuerdo en materia de pensiones. Presionado por sus socios europeos, Zapatero ha impuesto como fecha tope el 28 de enero del próximo año.
El ministro de Trabajo e Inmigración, Valeriano Gómez, tiene la urgente tarea de alcanzar un consenso con los diferentes grupos parlamentarios dentro del marco del Pacto de Toledo en diciembre, para en enero intentarlo con sindicatos y empresarios.
En una entrevista publicada en el El País, Gómez ha advertido de que no hay más remedio que desplazar la edad de jubilación, ya que hoy tenemos menos de 9 millones de pensionistas y en 2050 habrá prácticamente 17 millones. “El sistema es sólido y lo será 15 o 20 años más. Los problemas se presentarán si no hacemos reformas”, asegura el ministro.
Las reformas que buscan consensuar son: “aumentar el periodo de cómputo de la pensión, ahora en 15 años; dificultar las jubilaciones parciales, convertidas en una forma de financiar jubilaciones anticipadas y alargar la edad de jubilación”, detalla Gómez.
El ministro quiere que el gasto público de las pensiones se acerque al de otros países como Alemania, Francia e Italia, que supone un 12% de su Producto Interior Bruto (PIB). Preve que en España subirá al 15% si no se hacen reformas. “Tenemos que lograr que dentro de 40 años no estemos demasiado lejos de ese 12%”, afirma el titular de Trabajo.
Aunque el diálogo con el grupo parlamentario está abierto y la reforma contemple algunas excepciones como flexibilizar la obligación de alargar la vida activa en determinados casos, todo apunta a que la edad legal de jubilación pasará de los 65 a los 67 años.
El ministro de Trabajo e Inmigración, Valeriano Gómez, tiene la urgente tarea de alcanzar un consenso con los diferentes grupos parlamentarios dentro del marco del Pacto de Toledo en diciembre, para en enero intentarlo con sindicatos y empresarios.
En una entrevista publicada en el El País, Gómez ha advertido de que no hay más remedio que desplazar la edad de jubilación, ya que hoy tenemos menos de 9 millones de pensionistas y en 2050 habrá prácticamente 17 millones. “El sistema es sólido y lo será 15 o 20 años más. Los problemas se presentarán si no hacemos reformas”, asegura el ministro.
Las reformas que buscan consensuar son: “aumentar el periodo de cómputo de la pensión, ahora en 15 años; dificultar las jubilaciones parciales, convertidas en una forma de financiar jubilaciones anticipadas y alargar la edad de jubilación”, detalla Gómez.
El ministro quiere que el gasto público de las pensiones se acerque al de otros países como Alemania, Francia e Italia, que supone un 12% de su Producto Interior Bruto (PIB). Preve que en España subirá al 15% si no se hacen reformas. “Tenemos que lograr que dentro de 40 años no estemos demasiado lejos de ese 12%”, afirma el titular de Trabajo.
Aunque el diálogo con el grupo parlamentario está abierto y la reforma contemple algunas excepciones como flexibilizar la obligación de alargar la vida activa en determinados casos, todo apunta a que la edad legal de jubilación pasará de los 65 a los 67 años.
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